Las tres características únicas que más me gustan del iPhone 7

Han pasado más de 5 meses desde que se empezó a vender el iPhone 7 y me ha parecido una buena idea hablar de las características que, tiempo después, me siguen fascinando y encantando en este fantástico dispositivo.

Recibo bastantes preguntas acerca de la similitud del iPhone 6s y el iPhone 7, haciendo alusión a que tampoco había tantas diferencias entre ellos. En el momento de estrenarlo era más difícil contestar a esas preguntas de forma objetiva porque todo es nuevo y, si como yo venías de un modelo más antiguo, todo te parecía mejor o más útil debido a la novedad que suponía en el uso diario.

Ahora que han pasado 5 meses y no he estado un solo día sin tocar el teléfono, he reflexionado sobre las características únicas que tiene el iPhone 7 y que realmente me siguen gustando como el primer día, o más.

Procesador A10 Fusión

Tal y como vimos en la keynote de presentación del iPhone 7, por primera vez en un dispositivo móvil, Apple incorporó un procesador de cuatro núcleos distintos entre sí dos a dos.

Dos de los núcleos eran de alta potencia mientras que los otros dos eran de alta eficiencia. El objetivo era que dos de los núcleos pudiesen usarse para tareas muy pesadas consumiendo energía sin problemas mientras que los otros dos pudiesen utilizarse para tareas muchísimo menos pesadas y que no requiriesen de todo el potencial ofrecido por los núcleos de alta potencia.

En informática da igual si un núcleo muy potente recibe una tarea sencilla o compleja, siempre que se ejecute va a estar enteramente disponible para dicha tarea. De ese modo, Apple vio una oportunidad a la hora de ahorrar energía haciendo que dos de sus núcleos pudiesen ser muy eficientes (y menos potentes) para realizar esas tareas del sistema que no son tan complejas.

Tareas como la gestión de notificaciones Push, trabajos en segundo plano o simplemente revisar el correo. Ahora son ejecutados en un procesador muy eficiente y eso se traduce en una cosa: mejora en la duración de la batería.

La batería no cambió del iPhone 6s al iPhone 7, pero sí da esa sensación porque la duración es increíblemente buena. Rara vez me ha saltado el aviso del 20% de batería restante y eso que lo he usado sin cortarme un pelo o sin activar el modo de bajo consumo.

Como no hubo cambio en la batería en sí, sino que se trata de un tema de eficiencia, el responsable es el Chip A10 Fusión y a día de hoy sigo encantado con este procesador.

Resistencia al agua

El agua siempre ha sido un mal aliado de los dispositivos electrónicos en particular, y de la electricidad en general. Siempre que tenía un dispositivo tan pequeño como el móvil y que llevaba a tantos lados, tenía el temor de que éste se cayese al agua rompiéndose así.

Por eso me alegré tantísimo cuando Apple anunció la característica que hacía al iPhone 7 resistente a salpicaduras.

Ya hablé largo y tendido en mi análisis del iPhone 7 sobre qué se puede hacer y qué no respecto al agua, y hoy en día eso no ha cambiado, pero me sigue encantando el hecho de que un descuido con el líquido de la vida no va a romper mi teléfono.

Ya no tengo que preocuparme cuando llueve y voy por la calle, cuando se cae un vaso de agua en la mesa e incluso si me quiero meter el teléfono en la ducha para cambiar de canción.

Todavía no he estado con él en la piscina porque el verano no ha llegado, pero os puedo asegurar que la tranquilidad que voy a tener cuando tenga que usarlo cerca de una de ellas, o me quieran tirar al agua, no me la va a quitar nadie.

La integridad de mi teléfono está asegurada con respecto al agua, y es por eso que adoro que Apple decidiese hacer un esfuerzo para hacerlo resistente a ella.

Botón de inicio

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Empezar a usar el nuevo botón de inicio fue algo raro. Acostumbrado al clic físico de todas las generaciones anteriores, que ahora esa sensación sea realizada por un mecanismo de vibración costaba asimilarlo.

Aún así, ahí estaba y al poco tiempo empecé a darme cuenta del gran cambio que se había producido en un componente del iPhone cuya funcionalidad es sencilla pero extremadamente utilizada.

El motivo principal por el que me gusta este botón es porque no es un botón como tal. Siempre que uso el botón de inicio en mi iPad Pro, pienso que existe una posibilidad de que se rompa con el paso del tiempo. No sería el primer usuario al que le pasase, desde luego ¹. A mi padre, sin ir más lejos, le pasó en su iPad 2. Y cuando te ocurre en un dispositivo fuera de garantía, desde luego no te hace mucha gracia porque la solución es pagar por el equivalente a un reemplazo nuevo ².

En el caso de un iPad, el botón es menos importante porque se puede desbloquear con los imanes de la Smart Cover y porque podemos utilizar los gestos para cerrar o cambiar entre aplicaciones. Pero en el iPhone es una pieza muy importante. Es cierto que 3D Touch ha ayudado a la accesibilidad de la multitarea, pero no hay nada como el botón de inicio.

Además, gracias al hecho de que ya no es un botón como tal, ha facilitado la resistencia al agua que tiene el dispositivo.

Por su sofisticación, su resistencia y su contribución a la resistencia acuática, sí, el botón de inicio es el último componente que me sigue encantando a día de hoy.

Es fácil adorar todas las características de un dispositivo según lo sacamos de la caja. Todo es nuevo y brillante, pero no es hasta que llega la rutina cuando realmente apreciamos lo que es único y lo que no.

Las características del iPhone 7 no son sólo estas, podéis saber más acerca de ellas e imaginar el impacto que tendría en vuestras vidas. En mi caso, éstas han sido las que más han destacado y las que habrían marcado la diferencia entre el salto del iPhone 6s al iPhone 7.

Este dispositivo fue el décimo iPhone principal de la empresa y, si bien al principio parecía que no era muy distinto al resto, ha resultado ser un teléfono potente y resistente como ninguno otro atrás.